miércoles, 3 de febrero de 2010

SI QUIERES OIR A DIOS REIRSE... CUÉNTALE TUS PLANES (2ª Parte)

Como bien refleja la cosmovisión china con su teoría sobre los 5 elementos, la realidad está tejida por leyes análogas. Por eso mismo, la relación entre mis pensamientos y mi cuerpo físico, también se manifiesta en mi relación con el ambiente que me rodea. Para entender que mis creencias afectan a la realidad en la que vivo, por lo menos en como la percibo y en consecuencia en como reacciono ante ella. Pero al mismo tiempo que las diferentes situaciones que viva en la vida, me pueden hacer adquirir un tipo de creencias u otras sobre la realidad, afectando a mi visión del mundo y en consecuencia a mi manera de reaccionar ante él. Lo cual al mismo tiempo afectará las respuestas que reciba de las diferentes situaciones de la vida. Pues cuando cambiamos el estímulo que enviamos al exterior, puede cambiar la respuesta que recibimos de él. Por lo cual la realidad es cocreada por una danza de interrelaciones entre el Observador y lo Observado.


En segundo caso, habría que contemplar que teniendo en cuenta la naturaleza holográfica de la realidad, de la misma manera que en una porción de ADN se puede encontrar toda la información genética de un organismo, en el subconsciente de un ser humano se puede encontrar la memoria colectiva de toda la humanidad. Desde esa visión podemos comprender como el contexto cultural en el que vivo, e incluso otros contextos culturales que forman parte de la memoria colectiva de la humanidad afectan en mi manera de percibir la realidad.


Por eso, cuando creemos que solo con nuestras creencias y enfocándonos en algo vamos a crear esa realidad, caemos en un acto de narcisismo espiritual. Y nos olvidamos que nuestra conciencia es cocreadora junto a las otras conciencias con las que compartimos ese océano infinito de amor y sabiduría más allá del espacio y el tiempo, en el que está sumergida nuestra existencia.


Además esta teoría de la Ley de Atracción, se olvida de que incluso si nos limitáramos al primer cuadrante (lo subjetivo individual) el ego sería una pequeña parte de él, pues muchas tradiciones también situarían en ese cuadrante al Espiritu y al Alma.


Por otra parte hemos de tener en cuenta que en el primer cuadrante hay una parte consciente y otra inconsciente como descubrió Freud, en la que se hayan recuerdos y creencias que son las que más profundamente marcan la reacción instintiva ante las diferentes situaciones que vivimos.


Y cada vez que tratamos de repetir esas creencias, para que nuestros deseos se materialicen, estamos reforzando las creencias negativas que están en resonancia harmónica con ellas. Pues el enfocarnos en algo, nos hace conectar con los recuerdos y las creencias asociadas a ese objetivo, y esas creencias subconscientes acaban teniendo mayor efecto creador en las circunstancias que vivimos. Pues como argumenta Greg Bradden, tiene mayor impacto en la realidad que nos rodea la vibración que emitimos internamente cuando decimos algo, que las palabras que emitimos. De esta manera, si alguien está pidiendo algo, pero internamente está activando el miedo a que esto no se materialice lo que le llegará es una vivencia que esté en resonancia con ese miedo interno.

Hoy en día, hay herramientas en el ámbito terapéutico que nos permiten detectar esas creencias subconscientes e integrarlas para poderlas dejar atrás. Pues en el fondo lo que impide que esas creencias sean transcendidas, es el hecho que están asociadas a emociones reprimidas que hemos de integrar en nuestra personalidad para completar nuestro proceso evolutivo. Por eso es necesario llevarlas a la parte consciente de nuestra mente, desactivando e integrando al mismo tiempo las emociones relacionadas con ellas. Para que luego podamos vivir las cosas desde otro sentir, desde un estado de mayor harmonía y bienestar.


Una creencia se tiene que basar en una experiencia para que tenga verdaderamente fuerza en nuestro paradigma interno. Por eso es necesario limpiar las emociones bloqueadas, y poder asociar ese objetivo a un estado de mayor bienestar, lo que hará que asociemos ese estado a la consecución de nuestro objetivo. Y llevar a la mente la idea, de que ese objetivo ya se ha alcanzado, al asociarlo con esa experiencia de bienestar interno. Lo cual despejará el camino, para que podamos obtener lo que nos propongamos.


Por eso, hemos de tener presente que sí usamos la Ley de Atracción para pedir vivir situaciones nuevas, en huida de las emociones que se despiertan en nosotros ante las actuales circunstancias, va a ser imposible conseguirlas. Pues hasta que no hayamos integrado esas emociones que forman parte de nuestro Ser, no podemos transcenderlas y empezar a vivir las situaciones de otra manera, lo cual al mismo tiempo hará que tengamos otro tipo de vivencias.


Como bien refleja la metafísica: “lo que resiste persiste”. Por lo cual cuanto más hacemos por huir de las situaciones que en el presente nos abruman, más fuerza les estamos dando a ellas para que se repitan constantemente. Y esto más que una maldición injusta como algunos lo deben percibir hartos de caer siempre en el mismo tipo de situaciones.; es una oportunidad que nos ofrece la vida, para poder liberar ante esas situaciones emociones y aspectos de nosotros mismos con los que estamos en conflicto. Y que necesitamos transcender e integrar, para estar cada vez más en paz con nosotros mismos y en consecuencia, con las personas que nos rodean.


Después de estos argumentos podemos comprender como el uso de la Ley de Atracción, puede hacer más mal que bien en una persona, aunque al mismo tiempo hay que comprender que el mal no existe, y que incluso el hecho de que se refuerce la repetición de las situaciones de las cuales las personas quieren huir, también nos ofrece mayores posibilidades de vivirlas íntegramente para transcenderlas. Lo único malo de esto, es que no seamos conscientes, de que está en nuestro propio interior el poder cambiar esas cosas cuando nos aceptamos tal y como somos; y entonces estemos continuamente sufriendo sin tomar conciencia de las cosas. Recreándonos en nuestro propio dolor, sin aprender de él, y evitando por lo tanto, nuestra capacidad para cambiar esas circunstancias. Cayendo en el victimismo fruto de la ignorancia, de la oportunidad que nos da la vida en esa situación, y por lo tanto perdiendo nuestra responsabilidad, y nuestra capacidad cocreadora de las circunstancias en que vivimos.


El uso de la Ley de Atracción, sin tener en cuenta esas creencias subconscientes y las emociones relacionadas con ellas que no queremos integrar, nos llevará a una vida de mayor sufrimiento, si no somos capaces de aprender de la repetición de la experiencia.

Además tal y como expresa el Budismo el deseo es la principal fuente del sufrimiento, y cuanto más nos aferramos a él, más sufrimos ante las situaciones. Por eso, el mensaje de películas como “The Secret” incidiendo compulsivamente en “pide, pide, pide que se te dará..” nos puede llevar a una vida con mayor insatisfacción.


El deseo es fruto de tener la consciencia en nuestro tercer centro, donde se haya nuestro centro emocional, donde se asienta el ego, y nuestra sensación de vacio y sentirnos incompletos. Por eso el uso de la Ley de Atracción, nos puede llevar a tener la conciencia a nivel de ese centro, y bloquear el proceso evolutivo en el que se encuentra ahora buena parte de la humanidad.


Ese cambio evolutivo, es consecuencia del paso de la conciencia del 3 chakra donde se asienta el Yo (la imagen de uno mismo que nos hemos creado), al 4 chakra donde se asienta el Alma . Cuando vivimos desde el tercer centro, pensamos en que nos tiene que dar la vida, o las personas que nos rodean. En cambio, cuando vivimos desde el cuarto centro nos enfocamos más en ayudar y darnos a las demás personas. Desde el cuarto centro, sale la actitud de servir a los demás, pues uno transciende su imagen individual y se empieza a identificar con el Alma grupal. Cuando estamos en el 4 chakra, uno ha ampliado esa imagen idealizada de sí mismo, y se acepta completa y profundamente, por lo cual puede llegar a aceptar de la misma manera a todos los demás seres, y se convierte en una fuente de amor incondicional.


Por lo cual si nos enfocamos continuamente en nuestros deseos, en pedir todas aquellas necesidades, creadas por nuestra mente neurótica que ha olvidado quien somos en el fondo; nos quedamos anclados en el tercer centro, e interferimos en la ascensión colectiva en la que ahora mismo está participando buena parte de la humanidad.


Por eso creo, que detrás de tanto bombo y platillo dado a la Ley de Atracción se encuentran oscuros intereses, que tratan de seguir manteniendo al ser humano aferrado a los deseos producidos por ese olvido de sí, o por esa necesidad de huir de sí mismos, ante las diferentes situaciones. Pero al mismo tiempo, soy consciente de que incluso el desorden no está exento de orden. Y que lo que personas malintencionadas hayan podido filtrar a la imaginería colectiva para seguir teniéndola controlada y aferrada al deseo consumista; o para que se responsabilicen de todo lo que les sucede y dejen de pedir cuenta a los que controlan el sistema en el que viven. En el fondo puede posibilitar que esas consciencias despierten antes, producto de la mayor fricción que les someten las situaciones que viven. Pues como todos sabemos el sufrimiento es un motor para el cambio, ya que cuando una situación nos desagrada, tratamos de buscar una manera de solucionarla. La cual nos da la oportunidad para crecer y seguir evolucionando. Aunque en estos momentos, para muchos seres el sufrimiento ya no es una herramienta necesaria para seguir evolucionando.

Es bueno que volvemos a tomar contacto con nuestro potencial cocreador de la realidad, para ser los máximos responsables en nuestro proceso evolutivo, y colaborar con el resto de la humanidad en ser ese cambio que creemos en el mundo. Pero no caigamos en ese narcisismo espiritual, que nos aferra al deseo, engrandece a nuestro ego, y nos puede hacer caer en un pozo de culpa al hacernos responsables de todo lo que pasa a nuestro alrededor.

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