lunes, 10 de enero de 2011

El Sonido Subjetivo y Objetivo




El sonido es una base muy importante. Según sea el sonido que se pronuncie se produce la formación del mundo de los fenómenos. Un sonido o palabra armónica produce una atmósfera armoniosa y un sonido o palabra no armónica produce su propio mundo fenoménico.

Nuestra manera de hablar indica cómo somos. Si mejoramos nuestra manera de hablar nos mejoramos a nosotros mismos y las palabras que proferimos nos hacen mejores a su vez. Mejorando nuestra manera de hablar nos reorganizamos a nosotros mismos. Cuanto mejor sea nuestra manera de hablar mucho mejor es nuestro estado de ser y cuanto mejor es nuestro estado de ser, nos hacemos más magnéticos. El magnetismo no es sino una adecuada organización de las células del imán para que las corrientes magnéticas puedan fluir a través del imán. Así también cuando estamos bien organizados por dentro mediante una manera adecuada de hablar, el sonido fluye a través de nosotros.

El sonido que emitimos revela el grado de luz que tenemos dentro de nosotros. Existen diferentes maneras de hablar, desde lo más responsable hasta lo más irresponsable. Para los Iniciados hablar es un acto muy responsable porque saben que toda palabra irresponsablemente pronunciada los desmagnetiza. Desde el momento en que uno se desmagnetiza se siente impulsado a seguir hablando irresponsablemente.

¿Cuál es la diferencia entre un Iniciado y un ser humano común y corriente? El Iniciado vive en el Sonido, vive a tono con el sonido, y cada vez que dice algo es algo que sucede, pero no es un acto propiamente dicho. El Iniciado vivo en el Sonido, se mueve en el Sonido y es un canal para que el Sonido se manifieste a través de él. La Voz del Silencio fluye a través de él en forma de palabra y no tiene otra manera de hablar. Su palabra es un sucederse del Sonido y por eso lo que dice se cumple en la vida objetiva. Se trata del Sonido Silencioso (NADA) que se manifiesta a través de él en forma de palabra hablada. Pero el Iniciado es en todo momento un canal para que el Sonido se manifieste a través de él. La Verdad, de este modo, habla a través de él. Otros nombres que se da a la Verdad son la "Voz del Silencio", "La Palabra", etc.

Cuando nosotros decimos algo la posibilidad de que se realice lo que decirnos es de un 50%. Si una mujer embarazada viene y me pregunta si va a tener un hijo o una hija, la probabilidad de acertar es de un 50%. Tenemos que arriesgarnos. Pero si se trata de un Iniciado, lo que dice se realiza.

El sonido, tal como nosotros lo entendemos ahora es la alteración del silencio. Siempre que se altera el silencio, tenemos el sonido. Pero hay también un sonido más allá del silencio. El sonido existe por encima y por debajo del silencio. El silencio es la puerta de paso para que el sonido se manifieste, del mismo modo que el cielo es la puerta de paso para que el sonido ponga de manifiesto la Creación. Al sonido que está más allá del silencio se le denomina la "Voz del Silencio".

Lo que nosotros conocemos como akasba o éter es la pantalla sobre la que se manifiesta la Creación a través del sonido. El silencio es el estado neutro del sonido y hay un sonido esotérico que está más allá del silencio. El triángulo del sonido es como sigue:



SILENCIO




SONIDO SUBJETIVO SONIDO OBJETIVO

(Positivo) (Negativo)



El silencio es el punto neutro, el sonido subjetivo es el sonido que existe eternamente y el sonido objetivo es el sonido que nosotros conocemos. El sonido objetivo no es sino la alteración del silencio. Cada vez que alteramos el silencio se produce el sonido. Ese es el sonido al que estamos acostumbrados, que es lo que se llama el sonido negativo. El sonido subjetivo que está más allá del silencio es lo que se llama el sonido positivo. Nosotros sólo conocemos el sonido negativo, pero un persona que haya alcanzado su pleno desarrollo espiritual sabe lo que es el sonido positivo.

Cada vez que habla una persona que ha alcanzado su pleno desarrollo espiritual, hace descender sonidos desde los planos superiores y no desde los inferiores. El sonido positivo está en relación con los planos superiores. Eso es lo que se llama el Triángulo Superior, que contiene el sonido proveniente del Centro Coronario, del Centro de Ajna y del Centro del Corazón.

El Centro Coronario, el Centro de Ajna y el Centro del Corazón son la fuente a través de la cual se manifiestan los sonidos positivos. Los sonidos que nosotros conocemos y articulamos proceden de los centros inferiores, es decir, del Centro de Base, del Centro Sacro y del Plexo Solar. Siempre que expresamos nuestros puntos de vista lo hacenlos a través del Plexo Solar; siempre que expresamos nuestras emociones lo hacemos a través del Centro Sacro y siempre que expresamos nuestros bajos deseos en la vida lo hacemos a través del Centro de Base.

El sonido que proviene de los centros superiores es positivo y el que proviene de los centros inferiores es negativo. El Centro Laríngeo es el punto de conexión entre los tres centros superiores y los tres centros inferiores que hay en nosotros. Tanto el sonido positivo como el negativo se producen mediante el Centro Laríngeo.

El Centro Laríngeo es el que mantiene el equilibrio entre los centros superiores e inferiores del sonido. Por eso se dice en las Escrituras que el discípulo es la persona capaz de tener dominio sobre su Centro Laríngeo. Eso significa que es equidistante entre los centros superiores e inferiores del sonido. El Centro Laríngeo cumple el excelente trabajo de hacer que desciendan los sonidos superiores para que sean articulados a través de los inferiores.

Imaginaos un instrumento musical de siete cuerdas, que tiene tres notas altas, tres notas bajas y una cuerda intermedia entre las altas y las bajas. El ser humano es como una lira de siete cuerdas y el Maestro es el que puede tocar las siete cuerdas con soltura. El músico es el que puede producir artísticamente sonidos relativos a los Siete Centros. Nosotros, como seres humanos comunes que somos, sólo sabemos cómo tocar las tres cuerdas inferiores de nuestro instrumento musical y nuestra práctica del sonido no es del todo completa. Sólo conocemos un 50% del sonido y no conocemos su parte superior correspondiente. Pero las prácticas ocultistas nos ofrecen la oportunidad de conocer la parte correspondiente superior del sonido para entrelazar los centros superiores con los centros inferiores del sonido.

El sonido subjetivo es emitido por los centros inferiores del ser humano. El sonido subjetivo es una corriente de fondo y los sonidos objetivos son los objetos que flotan sobre ella. Todo lo que hablamos tiene que ver con el sonido objetivo. El hablar es una función del sonido objetivo. ¿Cuál es, entonces, la función del sonido subjetivo? Hablar es la función del sonido objetivo y escuchar es la función del sonido subjetivo.

Los que escuchan entran en un proceso receptivo. Escuchar es una manera de consolidar las energías. Hablar es, por lo general, una manera de gastar las energías hasta que aprendemos cómo hablar. Por lo general, cuando hablamos lo único que hacemos es gastar las energías.

Astrológicamente hablando, el sonido subjetivo está representado por Júpiter y el sonido objetivo, por Mercurio. En las Escrituras Orientales al sonido subjetivo se le llama Brihaspathi que es el principio representado por Júpiter en la creación. Al sonido negativo se le llama Sarasvathi, que representa el proceso de fluir hacia el exterior.

El sonido subjetivo, es decir, el sonido del Principio de Júpiter existe más allá del akasha y se manifiesta a través de él. Posteriormente el sonido desciende a través del akasha como color y como forma.

Lo primero y más fundamental que tenemos que comprender acerca del sonido es que tiene dos partes complementarias: la 1ª) que es subjetivo, es decir, una corriente interior y 2ª) que es objetivo, es decir, el sonido familiar que conocemos. Para elevarnos del tipo de sonido en el que estamos inmersos y llegar hasta los sonidos de los planos superiores, hay que observar ciertas instrucciones. Si ponemos en práctica estas instrucciones en nuestra vida podremos elevamos poco a poco hasta llegar al sonido subjetivo.

K.P. Kumar


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